¿Realmente Shopify es tan bueno como dicen?
Seguro que has escuchado eso de que con Shopify cualquiera puede montar una tienda online en cuestión de minutos. Que es fácil, rápido y sin complicaciones. Pero, ¿es realmente así? ¿Puede cualquier persona crear una web funcional, atractiva y que venda sin saber nada de diseño, desarrollo o marketing?
La respuesta corta es: sí, pero no como te lo cuentan. Shopify ha simplificado muchísimo el proceso de creación de tiendas online, eso es cierto. Pero una cosa es tener una web y otra muy diferente es tener una web que funcione, que convierta visitas en ventas y que no te dé problemas a largo plazo. Vamos a analizarlo con un poco más de detalle.
Lo bueno de Shopify
No vamos a negar sus méritos. Shopify ha sabido hacer que montar una tienda online sea mucho más accesible y ha reducido la barrera de entrada para pequeños negocios que quieren vender por internet. Algunas de sus grandes ventajas son:
- Facilidad de uso. No necesitas tocar código ni complicarte con instalaciones técnicas. Elegir plantilla, subir productos y configurar métodos de pago es un proceso bastante sencillo.
- Hosting y seguridad incluidos. A diferencia de otras plataformas como WooCommerce, aquí no tienes que preocuparte de servidores, actualizaciones o posibles hackeos, porque Shopify lo gestiona todo.
- Soporte técnico. Si tienes un problema, puedes contactar con su equipo de atención al cliente, algo que no ocurre si decides montar tu tienda con un sistema autogestionado.
- Integraciones y apps. Puedes añadir funcionalidades con su marketplace de aplicaciones, aunque muchas son de pago.
Lo que nadie te cuenta de Shopify
Ahora bien, no todo es tan bonito como parece. Shopify está diseñado para que todo parezca fácil, pero cuando empiezas a profundizar te das cuenta de que hay ciertas limitaciones y costes que no siempre se explican del todo:
- Las plantillas “gratis” son limitadas. Si quieres un diseño profesional y personalizado, casi seguro acabarás pagando por una plantilla premium o por desarrolladores que la adapten a tu gusto.
- Las comisiones pueden ser un problema. Shopify cobra un porcentaje por cada venta (si no usas Shopify Payments), lo que a largo plazo puede salir más caro que otras opciones.
- Personalización limitada. Si quieres hacer cambios más avanzados en el diseño o en la funcionalidad de tu tienda, necesitarás saber código o contratar a alguien que lo haga por ti.
- Dependencia de la plataforma. No puedes simplemente llevarte tu tienda a otro hosting si en el futuro decides cambiar de plataforma. Shopify es un sistema cerrado y migrar puede ser un dolor de cabeza.
Entonces, ¿Shopify es buena opción o no?
Depende. Si quieres algo rápido, sin complicaciones y estás dispuesto a asumir ciertas limitaciones y costes, Shopify es una buena opción. Pero si buscas mayor control, flexibilidad y una web realmente optimizada a largo plazo, quizás deberías plantearte otras alternativas como WooCommerce o Prestashop.
Lo que está claro es que no basta con “montar una tienda en minutos” para que funcione. Un eCommerce bien hecho necesita estrategia, contenido optimizado, experiencia de usuario cuidada y muchas más cosas que van más allá de lo que cualquier plataforma pueda ofrecer por sí sola.
Así que si estás pensando en vender online, no te dejes llevar solo por la promesa de la facilidad. Elige bien, infórmate y, si lo necesitas, pide ayuda a profesionales que sepan cómo hacer que tu web funcione de verdad.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!