Hoy nos despedimos de Lutxana definitivamente
Hace ya 8 años que arranqué mi andadura en solitario, navegando en un mar de dudas, pero con una determinación propia de aquellos que no ven más solución que el esfuerzo de sacar adelante a su familia. Si en aquel momento alguien me hubiera hablado de un equipo de 8 personas, de todo lo que somos capaces de sacar adelante con el día a día, hubiera dicho que “ni de coña”. Además, con esas palabras, sin pelos en la lengua.
Toda mi ambición era conciliar la vida familiar con la vida profesional. Pasar más tiempo con mi hijo, no depender de las decisiones del consejo de dirección, atreverme con nuevas historias que igual no fueran tan rentables pero sí más divertidas. No tener miedo a perder un cliente, no tener miedo a perder una negociación, no tener miedo a los informes de rentabilidad… todo eso, quedó atrás. No volvería ni loca a pertenecer a una multinacional que lo único que les preocupa son los números, y no las personas. Jesusito que me quede como estoy.
Siempre cuento la misma historia, pero es que me da tanta alegría tener grandes compañeros de viaje, que sólo tengo que agradecer que se hayan cruzado en mi camino. He apartado a muy poca gente en este tiempo, por eso pienso que he tenido mucha suerte con mis compañeros de viaje, porque son buena gente y están a mi lado a las duras y las maduras.
Hoy, después de 8 años hemos cambiado cuatro veces de oficina, así como lo oyes. Nunca pensaba en ampliar el equipo, pero es que los clientes son los que van marcando el recorrido. Ahora, cambiamos por quinta vez de oficina, pero esta vez es diferente. Esta vez hemos pensado a lo grande, hemos buscado un espacio que nos permita crecer, pero no demasiado y que cumpla todas nuestras necesidades actuales.
Desde el 1 de agosto nos podéis encontrar en la calle Ledesma, sí, en Ledesma, donde más vino se consume de Bilbao después de la Plaza Nueva. Ha sido casualidad, pero lo cierto es que es genial estar en el centro neurálgico del ocio gastronómico de la capi, no?
Ahora mismo estamos en modo precario, porque no hemos acabado las obras, pero esperamos tenerlo todo en orden y en perfecto estado de revisión para finales de septiembre. No habíamos tenido en cuenta que en agosto se paralizaba el país y sólo trabajamos unos cuantos. Aúpa agosto! con un par!
Bueno, pues lo dicho, con penita nos vamos de la calle Lutxana, donde hemos estado tan tan bien, pero la ruta del vino nos llama, y no vamos a hacer oídos sordos!
Agur Lutxana, ongi etorri Ledesma!
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