El color en la identidad corporativa

Mucho se ha hablado, y se hablará, de la teoría del color y su significado. Que si el negro es elegancia, seriedad o muerte, que si el rojo es pasión, sangre o agresividad, el blanco divinidad… lo cierto es que todas las connotaciones que le damos a los colores dependen de la sociedad en la que vivimos y lo que hemos decidido que signifiquen (en Oriente el blanco es muerte). Y en la actual sociedad de consumo que nos rige, en muchos casos, los colores “significan” o definen marcas que lo han hecho suyo, lo han hecho parte de su identidad. ¿Qué compañía telefónica definiríamos como roja? ¿Alguna cerveza verde? ¿Una entidad bancaria azul?

Ser constante en el manejo de color ayuda a que tus clientes perciban antes tu marca. Es una carrera de largo recorrido, ya que debes ser congruente tanto en el diseño corporativo, como en la publicidad online y offline o con tu presencia en las redes sociales. No es fácil hacerlo, pero podemos ayudarte a lograrlo, no dudes en contactarnos.

¿Qué pasa si por un instante las marcas mutaran de color?

Las reconocerías, claro, pero no las verías como correctas, algo molestaría. Y es porque ya se han hecho dueñas de ese color. La marca ha interiorizado que debe ser “azul” o “verde” y nos lo transmite cada vez que la vemos. Pero, una vez más, ¿qué pasaría si mutaran?

Sin ningún otro ánimo que hacer una reflexión de cómo asociamos el color a nuestra marca y lo que nos ayuda a ser reconocibles, hemos escogido al azar diferentes logotipos y les hemos mutado de color.

¿Siguen siendo ellas?

Tanto en el caso de las telefonías como en las aerolíneas, sí que notamos algo extraño en las marcas, hay un cambio. Son ellas, pero disfrazadas. Otro caso es el manejo que hacemos con los botones en las redes sociales. Más allá del color que las define, se ha hecho extensivo el unificar sus colores cuando las hacemos convivir (esto es una licencia que nos damos al diseñar, aunque es lo primero que prohiben las compañías al descargarte sus “botones”).

Irudigital también tiene su color. Pero ¿y si nos disfrazamos con los colores de otras empresas que hacen lo mismo que nosotros? Ya no somos tan nosotros ¿o si?