Balance de 2018 ¡MAMMA MÍA!
Ha llegado diciembre, y siempre por estas fechas hacemos un repaso de lo bueno y de lo malo acontecido. Con mente abierta y positiva intentamos ver el vaso medio lleno, porque el medio vacío no aporta nada.
Normalmente hago balance de los proyectos, de los clientes, de los emprendedores que pasan por nuestra vida. De los que se van y de los que se quedan, sobre todo de aquello que nos han dejado. Este año ha sido especialmente intenso, porque hemos tenido grandes experiencias y terribles experiencias. Por circunstancias que nos hacen aprender, a veces no hemos estado a la altura, pero otras, no han estado a la altura ellos.
Pero como se suele decir, yo he venido a hablar de mi libro…
Este año me quedo con el equipo que ha sido capaz de darlo todo a nivel humano. Irudigital no existiría sin Naiara, sin Ludy, sin Bea, sin Mikel, sin Zuriñe, sin Ainhoa…. Pero también con los nuevos pilares incorporados no hace tanto como Ixone. En este mundo de yupi en el que a mí me gusta vivir, todos somos capaces de ser felices en nuestro trabajo y ganamos dinero suficiente para realizar nuestros sueños. Ese es mi objetivo de este año, seguir creciendo en valores y empatía, y encima, ser capaces de mejorar nuestra economía.
Por algún motivo que no alcanzo a entender, los hombres están de paso en este proyecto. Josu se nos va a lidiar otras batallas y Unai, en busca de una vida más ordenada. Se nos va el “friki” y el “CEO”, qué le vamos a hacer, nosotros en ésta , nuestra comunidad, seguiremos cocinando la amistad a fuego lento y estaremos siempre abiertos a las colaboraciones que es el fruto de nuestros éxitos. Mucha suerte chicos en vuestras nuevas aventuras, espero que nunca nos olvidéis.
Cuando hablo de equipo, no me refiero sólo a los que estamos trabajando físicamente juntos y a ratos… me refiero a todos aquellos que lleváis a Irudigital en vuestro corazón . Aquellos que empujáis, que aportáis y que nos recomendáis. Y si esto no forma parte de la estructura mental de lo que establece la ley qué le voy a hacer, alguien tiene que lanzar la punta de flecha. Hoy y siempre lucharé por innovar en la forma de trabajar, en la forma de producir. Y a quien no le guste que no mire, pero hemos de pensar que el futuro pasa por un mundo globalizado y deslocalizado. Y nuestros hijos aprenderán a amar la libertad y la conciliación laboral. Aprenderán a no atarse a una empresa para siempre y verán que moverse por el mundo es fascinante. Aprender de otros profesionales y cambiar el rumbo es maravilloso.
Me alegro cada día de las personas que se cruzan en mi vida. La frase “todo pasa por algo”, ahora adquiere un sentido profundo y especial. Creo que no es bueno vivir sin amor, fuera y dentro del trabajo. Trabajar en un sitio que te deprime y te agobia debería estar prohibido. Es por eso que siempre busco el cariño entre aquellos que me rodean, y como no podría ser menos, el de mis compañeros y colegas.
Gloria, das más guerra que un ejército, pero ¿qué haría yo sin ti? Martita, Álvaro, Ana, Félix,Beatriz, Virginia, Nuria (que se preocupa siempre!), Marek … y otros tantos que no nombro porque seguro me olvidaría de alguien. Todos y cada uno de vosotros que pasáis por mi vida y os quedáis, os doy las gracias. Aguantarme no es fácil, soy mandona y petarda, pero en el sorteo de la vida es lo que os ha tocado…
Un gran empresario me dijo un día (estaba buscando un trabajador) “no te he preguntado si es buena gente, te he preguntado si es bueno es su trabajo”. Ahí me di cuenta que nunca sería la empresaria del año y que nunca ganaría dinero a montones, porque el requisito indispensable para que yo trabaje contigo es que seas buena gente, y si además eres un gran profesional, mejor que mejor.
Y como dice mi buen amigo Fito, “si algo no acaba bien, es que no es el final”
Gracias chicos por estar ahí, TODOS y cada UNO.
¡Feliz Navidad y a comernos el 2019 con patatas fritas!
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